Falta de balance energético

En la mayoría de las personas, el sobrepeso y la obesidad se producen por falta de balance energético. Para que haya balance energético, la energía que se ingiere en los alimentos debe ser igual a la que se gasta.

La energía que se ingiere es la cantidad de energía o de calorías que se obtiene de los alimentos y bebidas. La energía que se gasta es la cantidad de energía que el cuerpo usa en funciones como respirar, digerir los alimentos y mantenerse activo.

Para mantener un peso saludable, la energía que se ingiere y la que se gasta no tienen que estar exactamente balanceadas todos los días. Lo que sirve para mantener la salud es el balance a lo largo del tiempo.

  • Si con el tiempo la energía que se ingiere y la energía que se gasta son iguales, el peso sigue siendo el mismo.
  • Si la energía que se ingiere es mayor que la energía que se gasta, al cabo de un tiempo el peso aumenta.
  • Si la energía que se gasta es mayor que la energía que se ingiere, al cabo de un tiempo el peso disminuye.

El sobrepeso y la obesidad se presentan con el paso del tiempo cuando usted ingiere más calorías que las que gasta.

Otras causas

Un estilo de vida poco activo

Muchos argentinos no se mantienen físicamente activos. Una razón por lo que esto sucede es que muchas personas pasan horas frente al televisor y la computadora trabajando, haciendo tareas escolares y como pasatiempo. De hecho, pasar más de 2 horas diarias viendo televisión con regularidad se ha asociado con el sobrepeso y la obesidad.

Entre otras razones de no mantenerse activos están las siguientes: la gente usa el auto para ir de un lado a otro en vez de caminar; la tecnología y las comodidades modernas han disminuido las exigencias físicas en el trabajo y la casa; también ha influido la falta de clases de educación física para los niños en las escuelas.

Las personas poco activas tienen más probabilidades de subir de peso porque no queman las calorías que consumen en los alimentos y bebidas. Un estilo de vida poco activo también eleva el riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias, presión arterial alta, diabetes, cáncer del colon y otros problemas de salud.

Medio ambiente

Nuestro medio ambiente no siempre contribuye a que tengamos hábitos saludables; de hecho, estimula la obesidad. Esto se debe a razones como las siguientes:

  • La falta de lugares seguros de recreación. Si no hay parques, senderos, veredas y gimnasios económicos, a la gente le resulta difícil mantenerse activa.
  • Los horarios de trabajo. Muchas personas se quejan de no tener tiempo de mantenerse activas porque tienen que trabajar muchas horas y pasan mucho tiempo yendo entre la casa y el trabajo.
  • Las raciones extra grandes de comida. Con el paso del tiempo, esto provocará un aumento de peso si no se balancea con actividad física.
  • La falta de acceso a alimentos saludables. Algunas personas no tienen en su vecindario supermercados que vendan alimentos saludables, como frutas y verduras frescas. Para otras personas, estos alimentos son demasiado caros.
  • La publicidad de la industria de alimentos. Existe propagandas que tienen como fin influir en las personas para que compren alimentos llenos de calorías, y con frecuencia lo consiguen.

Los genes y los antecedentes familiares

En estudios realizados con gemelos idénticos que se criaron en hogares distintos se ha demostrado que los genes tienen mucha influencia en el peso de una persona. El sobrepeso y la obesidad tienden a ser hereditarios. Sus probabilidades de tener sobrepeso son mayores si uno de sus padres o ambos tienen sobrepeso u obesidad.

Sus genes también pueden afectar la cantidad de grasas que usted almacena en el cuerpo y los lugares del cuerpo en los que acumula el exceso de grasa. Como las familias también comparten hábitos en cuanto a alimentación y ejercicio, existe relación entre los genes y el medio ambiente.

Los niños adoptan los hábitos de sus padres. Así, un niño de padres con sobrepeso, que consuman alimentos con alto contenido de calorías y sean poco activos, probablemente llegará a tener sobrepeso también. Por otra parte, si la familia adopta hábitos saludables respecto a la alimentación y el ejercicio, disminuirán las probabilidades de que el niño llegue a tener sobrepeso u obesidad.

Afecciones o problemas de salud

Algunos problemas hormonales pueden causar sobrepeso y obesidad, entre ellos el hipotiroidismo (actividad baja de la glándula tiroides), el síndrome de Cushing y el síndrome del ovario poliquístico.

El hipotiroidismo es una afección en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea. La falta de hormona tiroidea hace que el metabolismo sea más lento y causa aumento de peso. Además, produce cansancio y debilidad.

El síndrome de Cushing es una afección en la que las glándulas suprarrenales producen una cantidad excesiva de una hormona llamada cortisol. También puede presentarse síndrome de Cushing en personas que reciben tratamiento prolongado con dosis altas de ciertas medicinas, como la prednisona.

Las personas con síndrome de Cushing aumentan de peso y tienen obesidad en la parte superior del cuerpo, cara redondeada, grasa alrededor del cuello, y brazos y piernas delgados.

El síndrome del ovario poliquístico (llamado también poliquistosis ovárica) afecta a entre un 5 por ciento y un 10 por ciento de mujeres en edad de procrear (en edad de tener hijos). Las mujeres con síndrome del ovario poliquístico a menudo son obesas, tienen exceso de vello corporal y sufren trastornos reproductivos y otros problemas de salud. Estos problemas se deben a concentraciones altas de unas hormonas llamadas andrógenos.

Medicinas

Ciertas medicinas pueden provocar aumento de peso. Entre ellas se cuentan algunos corticoesteroides, antidepresivos y anticonvulsivantes.

Estas medicinas pueden disminuir la velocidad en la que el cuerpo quema calorías, aumenta el apetito o hace que el cuerpo retenga más agua, todo lo cual puede conducir a un aumento de peso.

Factores emocionales

Algunas personas comen más de lo acostumbrado cuando están aburridas, enojadas o estresadas. Con el tiempo, comer en exceso conducirá a un aumento de peso y puede causar sobrepeso u obesidad.

Hábito de fumar

Algunas personas aumentan de peso cuando dejan de fumar. Una razón de que esto suceda es que los alimentos a menudo saben y huelen mejor.

Otra razón es que la nicotina aumenta la velocidad en la que el cuerpo quema calorías, de modo que la persona quema menos calorías cuando deja de fumar. Sin embargo, fumar representa un grave riesgo para la salud y dejar de hacerlo es más importante que la posibilidad de aumentar de peso.

Edad

A medida que uno envejece, tiende a perder masa muscular, especialmente si hace menos ejercicio. La pérdida de masa muscular puede disminuir la velocidad en la que el cuerpo quema calorías. Si la persona no reduce el consumo de calorías a medida que envejece, puede aumentar de peso.

El aumento de peso en mujeres de edad madura se debe principalmente al envejecimiento y al estilo de vida, pero la menopausia también interviene. Muchas mujeres aumentan aproximadamente 5 libras durante la menopausia y tienen más grasa alrededor de la cintura que la que tenían antes.

Embarazo

Durante el embarazo, la mujer aumenta de peso para apoyar el crecimiento y desarrollo del bebé. Después del parto, a algunas mujeres les cuesta trabajo bajar de peso. Esto puede llevar al sobrepeso o a la obesidad, especialmente después de varios embarazos.

Falta de sueño

Se ha demostrado en investigaciones que la falta de sueño aumenta el riesgo de obesidad. Por ejemplo, un estudio realizado en adolescentes demostró que las probabilidades de volverse obeso aumentaban con cada hora de sueño perdido. La falta de sueño también aumenta el riesgo de obesidad en otros grupos de edad.

Las personas que duermen menos horas también parecen preferir los alimentos que contienen más calorías y carbohidratos, con lo cual pueden comer en exceso, aumentar de peso y volverse obesas.

El sueño mantiene un equilibrio saludable de la hormona que nos hace sentir hambre (la grelina) y de la que nos hace sentir llenos (la leptina). Cuando usted no duerme lo suficiente, la concentración de grelina aumenta y la de leptina disminuye. Entonces siente más hambre que cuando ha descansado bien.

El sueño también afecta la forma en que el organismo reacciona a la insulina, la hormona que controla la concentración de glucosa (azúcar) en la sangre. La falta de sueño provoca una concentración de azúcar en la sangre más alta que la normal, con lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes.