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Los datos son tan contundentes que los expertos no dudan en hablar de un choque de pandemias. Es que el impacto del Covid-19 no es igual en todas las personas: el 25% de los argentinos tiene mayor riesgo de contraer las formas severas de la infección por SARS-CoV-2 y sufrir complicaciones debido a su elevado índice de masa corporal (IMC). Por ello, los expertos subrayan que es clave garantizar el acceso a los tratamientos de esta enfermedad crónica que exige atención sin dilaciones.

Diversos estudios internacionales recientes han confirmado una relación directa entre la obesidad y un mayor riesgo de complicaciones y muerte entre quienes contraen Covid-19. Se trata de una situación que, por ende, pone al 25,4 % de los argentinos que padecen obesidad en desventaja en términos de salud para enfrentar la pandemia.

Sin embargo, “ésto no debería haber sido ahora una sorpresa”, afirmó la doctora Ana Cappelletti, médica especializada en endocrinología y obesidad, directora de posgrados en Obesidad de la Universidad Favaloro. “Sabíamos que las personas con obesidad tienen riesgo de cursar de forma más severa los cuadros respiratorios, pues esto ya se había dado durante la pandemia de H1N1”, recordó.

En opinión de la experta, que es secretaria de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la falta de medidas tendientes a proteger a este grupo de riesgo frente al coronavirus parece responder a “la enorme dificultad que existe por parte de las personas, incluso de algunos profesionales de la salud y del sistema de salud, en finalmente encarar a la obesidad como una enfermedad crónica que merece atención”.

Pese a que, a diferencia de la edad, la obesidad constituye un factor de riesgo “modificable” en relación al Covid-19, en el inicio de la actual pandemia hubo una desatención de quienes padecen esta enfermedad y otras afecciones crónicas.

Los peligros asociados también fueron alertados por investigadores del King’s College de Londres en un estudio publicado recientemente en la revista científica “The Lancet Diabetes & Endocrinology”, en el que afirman que retrasar el tratamiento de cirugía para el descenso de peso (cirugía bariátrica) incrementa el riesgo de complicaciones propias de la obesidad y convierte a estos pacientes en más vulnerables frente al Covid-19.

“Todo el sistema de salud estaba abocado a prepararse para el recrudecimiento de los casos de coronavirus y se desalentó a que la gente continúe con sus cirugías programadas y con su atención médica. Luego, esta situación se revirtió, en parte, gracias a que los cardiólogos alertaron que si la gente no consultaba, por miedo a contagiarse coronavirus, podía padecer enfermedades cardiovasculares e incluso morirse”, apuntó la médica.

Por qué el coronavirus es más riesgoso para los obesos

Respecto de por qué un IMC elevado aumenta el riesgo de contraer las formas severas de Covid-19 y de mortalidad, Cappelletti señaló que la obesidad es, en sí misma, una enfermedad inflamatoria. “En las personas con obesidad hay un cuadro inflamatorio crónico que es mayor según aumenta el grado de exceso de peso. Y la respuesta inmunológica de las personas con obesidad no está debidamente regulada: pierden capacidad de responder de manera efectiva para bloquear la infección del virus. Se genera algo que los científicos llaman una ‘tormenta inflamatoria. Por lo tanto, a la inflamación de base se suma la inflamación causada por el coronavirus y esto hace principalmente blanco en el pulmón, donde se genera la neumonía”.

Por otro lado, “las personas con obesidad presentan afectación en su mecánica respiratoria y su capacidad respiratoria está disminuida”. Además, la obesidad también se asocia con un mayor riesgo de diabetes mellitus, enfermedad cardiovascular y enfermedad renal, comorbilidades que se consideran que aumentan la vulnerabilidad a las fallas orgánicas asociadas a la neumonía.

Asimismo, en pacientes con obesidad se da una disminución de la fuerza muscular. “Para los movimientos respiratorios necesitamos de los músculos y el diafragma -que es el músculo que divide la cavidad torácica de la cavidad abdominal- muchas veces se encuentra elevado por aumento de grasa dentro del abdomen”, lo que dificulta aún más la ventilación pulmonar, describió.

La especialista subraya que es clave tratar la obesidad como enfermedad de base, con un enfoque integral, porque la disminución de peso mejora mucho todos los parámetros.

Cuarentena y tratamiento

Cappelletti también instó a considerar el impacto del aislamiento social preventivo obligatorio en la realidad y desafíos que plantea la atención de quienes padecen exceso de peso. “Esta situación de confinamiento complica porque influye sobre las emociones y el comer por emociones es algo que afecta a muchas personas con sobrepeso y obesidad. Complica, además, porque estamos más tiempo en casa y el movimiento se hace más difícil”, puntualizó.

A pesar de que la evidencia científica es contundente respecto de la necesidad de considerar la obesidad como una enfermedad que eleva el riesgo de padecer las formas severas de coronavirus y que se asocia con una mayor tasa de mortalidad, “todavía los servicios de salud no consideran en todos los casos la cobertura del tratamiento médico y quirúrgico de las personas con obesidad, ni los medicamentos como parte del mismo. Es extremadamente baja la cantidad de personas con obesidad que acceden a la cirugía bariátrica, que hoy continúa siendo el tratamiento con más posibilidades de éxito para pacientes que cursan con obesidad severa”, advirtió la experta.

“Por otro lado, tampoco estamos preparados para la atención correcta de las personas con obesidad. Hay que pensar en los desafíos que presenta la atención de estos pacientes: desde la dificultad en el transporte, la necesidad de camas especiales -que no se encuentran en todos los servicios-, los cuidados específicos de enfermería, la dificultad para la movilización del paciente y la dificultad para realizar diagnóstico por imágenes, porque en muchos sitios no se cuenta con la aparatología necesaria para pacientes que pesan, por ejemplo, más de 120 kilos”, ilustró.

Choque de pandemias

Cappelletti, médica especializada en endocrinología y obesidad, señala que es “fundamental remarcar que estamos ante un choque de pandemias: por un lado, la pandemia de Covid-19, que está generando tanto daño evidente, y por otro la pandemia de obesidad, que ya existía antes y causa más muertes: el coronavirus ha provocado en el mundo más de 400.000 desde su comienzo, mientras los muertos por obesidad alcanzaron el año pasado los 2.800.000 muertos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

En ese sentido, hizo hincapié en que la pandemia de coronavirus se va a terminar. “Un día aparecerá una vacuna e, incluso antes de que aparezca, ya en muchos países ha declinado la curva y pudieron retomar su vida normal, pero la pandemia de obesidad no tiene un solo agente que la causa sino que es una enfermedad multicausal, por lo que la batalla involucra el ambiente obesogénico, que entre todos construimos, y no solo las cuestiones genéticas”, remarcó Cappelletti.

“La obesidad se debe abordar desde todos los sectores. Si nos quedamos en la responsabilidad del paciente, lo estamos estigmatizando pero además estamos subestimando la complejidad de esta enfermedad crónica, que está causada en varios niveles, no solamente en el nivel individual, sino en el nivel más amplio que tiene que ver con el ambiente, con la sociedad y con las políticas de salud y la industria”, finalizó la médica, quien alentó a quienes presentan exceso de peso a no demorar la consulta ni interrumpir el tratamiento.

Fuente: https://buenavibra.es/movida-sana/salud/obesidad-coronavirus/

 

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